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“¡Y ya lo ves, y ya lo ves, somos campeones otra vez!”, repetían los antioqueños, quienes se habían quitado las camisas y saltaban como locos, luego de que William Arango anotara el cuarto y definitivo penalti que dejó sin chance a Risaralda.
La final del fútbol femenino de los Juegos Nacionales la vivió como si fuera el último partido de su vida. Se sentaba en el banco, luego se ponía en pie, daba indicaciones, pedía consejos. Esos movimientos los repitió una y otra vez en el estadio Manuel Murillo Toro, de Ibagué.
Si alguien que no vio el partido se fija en el marcador de 4 a 1 a favor de Antioquia sobre Meta, puede tranquilamente pensar que lo de este viernes en la mañana, en la segunda semifinal del fútbol de los Juegos, fue un auténtico juego para los paisas.
En el barrio Santamaría de Apartadó (Antioquia) la humildad brota a flor de piel, los niños de la cuadra disfrutan en las calles y en una cancha roja que rige como el polideportivo del sector. La arena y los desniveles del terreno hacen que sea difícil golpear los balones, más cuando se practica con los pies descalzos.
Él dice que no, que es un trabajo de grupo y que el paso a la final del fútbol de los Juegos, dejando en el camino a uno de los grandes, como es Valle, se logró gracias al aporte de todos y cada uno de los muchachos.
Sonó el pito y los muchachos del Cesar se dejaron caer de rodillas sobre la grama sintética para dar gracias a Dios por la clasificación que acababan de lograr. El técnico, Prescott, caminaba de un lado a otro y también miraba hacia el cielo en agradecimiento al Altísimo por el objetivo alcanzado.
Karen es la capitana de su selección. Muestra autoridad bajo los tres palos y es el cerrojo cundinamarqués que lucha por la clasificación a la ronda semifinal del fútbol femenino de los Juegos Nacionales.
Transcurría el minuto 20 de la primera etapa y Lizeth Sánchez era atendida por su compañera de equipo. En ese momento se pensaba que no podía continuar en el partido debido al fuerte golpe recibido, pero con la valentía que le caracteriza, logró ponerse de pie y luchar por sus colores.
Cierra los ojos por unos instantes, segundos que seguramente le alcanzan para hacer un recorrido mental y traer a su memoria la goleada que le proporcionó Valle a Meta 4-0 y las dos cómodas victorias de Antioquia frente a los equipos de Risaralda y Chocó, ambas por 2 goles a 0.
El “Maestro” deja escapar una sonrisa que le ilumina el rostro y dice con un dejo de humildad: “cada vez que me hacen esa pregunta yo me escondo para no responder porque, de verdad, me da como pena…”. Es que muchos, especialmente los jóvenes, no saben o no recuerdan, que por encima del “Pibe”, Rincón, Higuita, Leonel o Asprilla, Colombia tuvo hace muchos años un futbolista tan bueno o tal vez mejor que ellos.
Inició el fútbol en los Juegos y Meta, que venció a Córdoba por 2 tantos a 0, se convirtió en el primer ganador del torneo, que se disputa en la cancha de la Normal en Quibdó.