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Aun se escuchan los cánticos de “Valle, Valle, Valle”. Y no es para menos. Después de 50 minutos de juego y seis disparos desde el punto penal, el representativo del Valle del Cauca logró la medalla de oro en fútbol de salón masculino, tras la final que se disputó en el coliseo La Magdalena, de El Espinal. Allí a Antioquia le tocó conformarse con la plata.
Lo ha ganado todo. No es gratuito su cabello blanco de hombre experimentado y viejo zorro del fútbol de salón, el que sobresale siempre en las afueras del Coliseo La Magdalena, donde pocos lo conocen en principio, pero cuando alguien lo identifica se despacha en saludos y felicitaciones.
Lejos de las pasarelas y de los grandes desfiles, sin tener que lucir diseños exclusivos, recargados de canutillos y lentejuelas y sin necesidad de ningún tipo de cirugías o de grandes comitivas, el fútbol de salón colombiano eligió este viernes en Chaparral a sus nuevas soberanas.
Aunque el torneo femenino de fútbol de salón de los XX Juegos Deportivos Nacionales recién definirá al campeón hasta este viernes, la afición de Chaparral debería recibir la medalla dorada no solo por su incondicional apoyo al equipo del Tolima, también por hacer sentir a las demás delegaciones como en casa.