El feliz regreso de Valentina

Es muy posible que el nombre de Valentina tenga algo que ver con la valentía demostrada por la ganadora del circuito en la prueba de Cross Country de los Juegos Nacionales en Líbano, donde dejó en el camino a una docena de rivales y regreso por la senda del triunfo después de una sequía de varios años.
 
La conocimos como Laura Abril cuando se coronó flamante campeona del mundo en 2008, de la mano del italiano Andrea Bianco, su líder, mentor, mano derecha y hasta su confesor.
 
“A él le debo todo, lo quiero mucho porque ha hecho parte fundamental de mi vida, de lo que soy y del lugar en el cual me encuentro. Su guía y sus enseñanzas me cambiaron la vida”, comenta Valentina, mientras se concentra un momento en sus compañeros de ejercicio que libran duelo en la pista por el triunfo en la rama masculina.
 
Bianco es el mismo entrenador que también dirigió a Leonardo Páez y que califica el triunfo de Valentina como extraordinario debido a las circunstancias que ha debido soportar la corredora el último año.

Valentina sufrió triple fractura en su brazo izquierdo a comienzos de año en un entrenamiento en Bogotá y la recuperación fue lenta.
 
“Ha sido difícil regresar a la competencia, pero con un trabajo sicológico y mental lo he venido superando, tanto que llegué aquí convencida de  cumplir un buen papel y mire, aquí estoy ganando”, dice con orgullo la campeona.
 
Llegó bañada en sudor, pero alegre y dispuesta a firmar autógrafos a diestra y siniestra a cientos de  estudiantes que acompañaron y aplaudieron su desempeño en la carrera del triunfo, la del feliz regreso después de tantos inconvenientes.
 
“Me volví corredora desde hace 17 años, cuando era muy pequeña, allá en el municipio de La Cumbre en el Valle, donde nací y acudí al club de ciclismo a practicar, en aquella época con niños. Yo era la única mujer. Me fue gustando más, hasta que me decidí por la competencia”, dice ahora esta estudiante de sicología de la Universidad Javeriana de Bogotá.
 
Muy sonriente cruzó la meta en el bien diseñado circuito de la Villa Deportiva en Líbano. “Me probé en los primeros pedalazos y ví que no me seguían el ritmo, entonces opté por dosificarme y guardar energías para apretar el paso después de las dos primeras vueltas”, aseguró.
 
El trazado es un circuito de 18.5 kilómetros, que Valentina cubrió en una hora y 19 minutos, a punta de garra y tesón. “ Por eso opté por usar más el nombre de Valentina puesto que da la idea de más tenacidad”, agregó en medio de la satisfacción.
 
“Es que la infancia no fue fácil y agradezco la forma como el ciclomontañismo cambió mi vida”, dijo la nueva campeona de los Juegos Nacionales, que muestra con orgullo la parte del brazo aún con ligaduras y marcada con un espeso tatuaje, semblanza de su nueva filosofía de vida.


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