noviembre 17, 2015
Le hizo falta mucho espacio en su casa para colgar la gran cantidad de medallas que obtuvo en su larga y exitosa carrera deportiva; nada más contar las obtenidas en Juegos Nacionales entre 1996 y 2008, casi llegan a la cifra de 30, entre oros, platas y bronces.
Si hubiese participado en las justas de 2012, seguramente su caudal sería más numeroso, pero una razón de peso y sobre todo, amor, pudo más: el embarazo le impidió competir.
Ya no importaba demasiado, puesto que había llegado a la cúspide en las
actividades subacuáticas y ahora estaba lista para obtener la medalla dorada como madre y darle un hijo a su esposo, otro campeón del deporte, nada más y nada menos que el saltador de vallas
Paulo Villar.
Hoy, lejos de las medallas y las piscinas, sigue vigente en el mundo del deporte y tal vez, más comprometida que nunca, haciendo parte de la organización de los Juegos Nacionales, en los que obtuvo tanta gloria. Ahora los ve desde el ángulo de la dirigencia.
Corre, sube, baja, atiende deportistas, lleva implementos, consolida información, envía datos, en fin… está más metida que nunca en su pasión, el deporte, desde la subsede de Melgar en el Tolima.
La vida la graduó como deportista y la universidad la llevó a ser bacterióloga, profesión que le abrió las puertas hacia el laboratorio de Coldeportes. Sin embargo, su otra profesión, la de administradora de empresas deportivas, la condujo hacia una posición en el área técnica del Departamento Administrativo, donde hace parte de un grupo de profesionales que le aporta sus conocimientos a la actividad deportiva.
Tolimense de nacimiento, Paola debutó por su departamento en los Juegos de 1996, donde empezó a abrirse camino en el mundo de la natación con aletas, dándole medallas de plata y bronce en los comienzos de su carrera deportiva.
Entre 2000 y 2008 sus adversarias debieron conformarse con platas y bronces porque la velocidad, astucia y efectividad, no dejaron demasiadas opciones en las piletas de Duitama, Bogotá y Girardot, de donde se trajo casi tres decenas de medallas.
Muchas de sus marcas siguen vigentes. “Nací en Ibagué, me inicié en la capital tolimense en el colegio, pero al terminar vi la necesidad de buscar horizontes en los estudios superiores y en la universidad encontré opciones de estudiar y entrenar. Qué lástima porque todas esas medallas pudieron haber quedado en mi departamento”, afirma Paola.
La excampeona de Juegos Nacionales conoce y sabe del potencial deportivo que tiene el
Tolima y al tiempo sugiere “más apoyo para ese talento y que se proyecten planes y programas específicos, ampliando los apoyos a las nuevas generaciones y en general al alto rendimiento”.
“Si lo hacen, el llamado Tolima Grande va a ser más grande partiendo del deporte”, afirma con esperanza Paola, que ahora busca el podio en la organización de las justas deportivas más importantes del país.
Prensa Coldeportes - Acord
