noviembre 18, 2015
En la cancha es complejo diferenciarlos. Su barba, su peinado y hasta su estilo de juego se asimilan. Son como uno solo, de hecho a primera vista da la impresión que fueran gemelos.
Juan Pablo y
Andrés Felipe Díaz Blanco son un par de hermanos que le han dedicado casi toda su vida al
voleibol. Desde muy pequeños han estado ligados al deporte, primero como futbolistas y ahora como voleibolistas. Son alma y corazón en el terreno de juego.
Nacidos en Bogotá pero residentes en Cajicá (Cundinamarca), estos profesionales, uno del deporte y el otro de la administración de empresas, son referentes del sexteto de
Cundinamarca, equipo que representan en los Juegos Deportivos Nacionales.
“Desde hace más de diez años jugamos voleibol. Primero fue Andrés, el mayor, quien empezó a jugarlo. Un día fui a verlo y me gustó mucho. Desde ese momento tomé la decisión de dejar el fútbol”, comenta Juan Pablo, de 21 años de edad.
Por su puesto y como es normal entre los hermanos y más entre dos que son deportistas, los roces no faltan. “Antes peleábamos mucho jugando, solo nos aguantábamos las críticas de los demás pero no las de nosotros”, afirma
Andrés, que es dos años mayor que su hermano.
En la casa las cosas no variaban mucho. “Mi hermano me regañaba porque yo era, según él, muy indisciplinado, pero realmente exageraba”, indica entre risas
Juan Pablo mientras abraza a su familiar.
Durante los partidos del voleibol masculino de Juegos se ha notado su entendimiento. Con solo una mirada o un gesto el otro entiende con exactitud las indicaciones. “Ya no peleamos, solo nos hacemos señas o nos aconsejamos”, dice Andrés.
Su experiencia los ha llevado a representar a su delegación y al país en varios torneos nacionales e internacionales. Por ejemplo Juan Pablo ya ha estado en tres Juegos Suramericanos en Brasil y en los más recientes Juegos Olímpicos Universitarios en Corea.
Para alguien que no los conoce y apenas los ve, la única forma de diferenciarlos a la distancia es con los números que portan en su uniforme, el cuatro y el once. Con esos esperan darle la medalla de oro a
Cundinamarca en el voleibol masculino, donde ya demostraron en el coliseo de La 42 en Ibagué que el potencial es grande y que quieren volver a casa bañados en gloria.
Prensa Coldeportes - Acord
