Las canas doradas de Jaime Cuervo

Lo ha ganado todo. No es gratuito su cabello blanco de hombre experimentado y viejo zorro del fútbol de salón, el que sobresale siempre en las afueras del Coliseo La Magdalena, donde pocos lo conocen en principio, pero cuando alguien lo identifica se despacha en saludos y felicitaciones.
 
Es natural. Jaime Cuervo Lozada ha sido entrenador de casi todos los jugadores de esta disciplina, una de las más populares en Colombia. Bajo su mando le ha dado al país tres títulos mundiales, varios suramericanos  y panamericanos.
 
Este caldense en su juventud fue basquetbolista con muy buenos resultados, pero cuando descubrió el ‘micro’ se convirtió en su pasión y en su razón de ser.
 
Incluso dejó a un lado la profesión de veterinario para llenarse de gloria en los escenarios y distintas las canchas del mundo. Ha estado en lugares donde el fútbol de salón arrastra masas como Brasil, Paraguay, Argentina, Venezuela, España y algunos países asiáticos.
 
Cuervo, sinónimo de medallas y trofeos es el hombre que está hace una década al lado de Manuel Sánchez, el presidente de la Federación y que desde hace seis años orienta a la selección Colombia.
 
“Nunca he dirigido a las mujeres porque me parece que es más difícil, pero admiro la manera como han venido creciendo en técnica y en conocimientos”, advierte el DT.
 
Todas las tardes es uno de los primeros en llegar al coliseo La Magdalena de El Espinal. Se pasea por las afueras, observa. No descuida detalle alguno. “Es imponente, funcional y hermoso. Espero que no lo dejen abandonar después de los Juegos y se convierta en una escuela de donde salgan las nuevas generaciones”, aseguró cuervo cuando se encontró con el nuevo templo del ‘micro’ en el centro del Tolima.
 
En los camerinos es mucho más exigente. Como asesor del equipo de Bolívar siempre quiere más. “Son oportunidades que debemos aprovechar para seguir nuestra misión de enseñar a quienes vienen atrás”, reconoce.
 
Para Cuervo, el fútbol de salón  “es un deporte que está entrando en la era del profesionalismo y gracias al palmarés como entrenador y a los triunfos a nivel internacional ha habido buena recompensa en todo aspecto”.
 
Lo admiran por su forma de ser, actuar y dirigir. Es el amigo de todos y es el hombre que los triunfos y los sentimientos le arrancan lágrimas. “Lloro de felicidad cada vez que tenemos un triunfo y también lo hago ante situaciones que me conmueven, ante la indiferencia social de la gente, cuando pierdo a uno de mis seres queridos o cuando los niños aguantan hambre”, confiesa.
 
En el nuevo proceso deportivo de Bolívar, Cuervo se ha ganado un espacio importante porque en dicho departamento entendieron que para estar arriba hay que buscar a los mejores.  
 

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