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Juzgaron con el corazón

noviembre 20, 2015

Los más pequeños entregaron su propio oro



En los Juegos Nacionales hay premios que valen más que una medalla dorada y no los entregan las autoridad deportivas, se trata del reconocimiento de aquellos que sin ser expertos, aclaman sin tener en cuenta el color de la camiseta

  
En los Juegos Nacionales no solo se lucha por el oro, por el primer cajón del podio o por romper una marca, también se hace por galardones mucho más valiosos y significativos, como el reconocimiento y el cariño de los más pequeños, de los niños, de aquellos que no se fijan en la bandera de los competidores para aplaudir o no.
 
Y precisamente, fueron los infantes quienes conmovieron a propios y extraños en la pista de BMX de Ubaté, Cundinamarca, donde luciendo el uniforme de su colegio y apostados en las tribunas del escenario deportivo no pararon de cantarle y felicitar a Mariana Pajón por sus gestas logradas.
 
La pedalista, luego de una de sus presentaciones, se dirigió a una zona de recuperación justo debajo de una gradería destinada para el público. Pero apenas llegó a ese sector, decenas y decenas de sus pequeños admiradores, quienes no pasaban de los diez años de edad, se agolparon sobre las barandas para saludarla y aclamarla, ya que en sus cortas vidas solo la habían visto en televisión.
 
La campeona nacional, olímpica y mundial fue arropada por un interminable y entusiasta coro de “Mariana, Mariana, Maraiana…”, el cual fue seguido por uno más elaborado que describía el momento una y otra vez: “Te queremos, Mariana te queremos; te queremos, Mariana te queremos…”. Además, la lluvia de aplausos no le paró de caer.
 
Era una ovación de corazón, pues los niños no repararon en que fuese una deportista de otra, región, simplemente le demostraron su afecto, a lo cual Mariana respondió de la misma manera, saludándolos uno a uno, sonriéndoles y dándoles la mano. En ese instante, la recuperación muscular pasó a un segundo plano.
 
De esta manera, los más inocentes y desprendidos de prejuicios dieron su veredicto, pues vieron a la antioqueña ganar en la pista, pero para ellos ganó en su corazón, ya que dieron todo a cambio de nada y se quedaron con un recuerdo que de esos que marcan para siempre y que nunca se borrará.


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