Moya oxigenó el triatlón

Brian Moya, un joven universitario de 22 años de edad, ciento por ciento bogotano, criado en el barrio Castilla al suroccidente de la capital colombiana, hace parte del relevo generacional del triatlón nacional.

Su desempeño en los Juegos Nacionales ya empiezan a darle un lugar destacado después de ganar sendas medallas de oro en la prueba estándar y mixta, y la de plata en esprín, en donde puso en aprietos a la estrella de este deporte, Javier Quinchará.
 
Luego de una delicada fractura múltiple de clavícula sufrida en el  mes de mayo en Lima (Perú), Brian logró recuperarse y ponerse a tono para encarar las prueba del deporte de los hombres de hierro en los XX Juegos Nacionales.
 
De cuna humilde, estudiante de Administración Turística y Hotelera, este bogotano de  1,68 metros de estatura y 63 kilogramos de peso, impuso su clase y categoría en cada una de las distancias previstas en estas justas y transmitió tranquilidad en las toldas bogotanas. "Me siento muy bien, le doy gracias a Dios por todo lo que me permitió lograr en Prado, así como a todas las personas que me apoyaron y nunca dejaron de creer en mí", apuntó el deportista.
 
Moya se abre paso a ritmo acelerado en un universo que ya lo muestra con la ansiedad de triunfos como se le vio en el estrecho final de la prueba de esprín, en donde por poco se recurre al ‘fotofinish’ para encontrar al ganador entre él y Quinchará.
 
El botín bogotano fue amplio y generoso, al quedarse con nueve de las nueve medallas en disputa sin permitir que ningún otro rival asustara sus intereses.
 
En la última jornada también Bogotá dictó cátedra en la prueba mixta con Moya, Quinchará, Lina María Raga y Andrea Ramos, la ‘armada’ de la capital que rindió ciento por ciento en el triatlón de los Juegos Nacionales.


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