noviembre 10, 2015
Cuando el bolivarense Lázaro Cáceres lanzó un fuerte golpe sobre su adversario Osmi Orozco de Sucre en el combate de apertura del boxeo en los Juegos Nacionales, el Juez Armando Carbonell observó detenidamente la reacción del sucreño y permitió la continuidad del encuentro.
Nadie con más autoridad para conocer de cerca el estado del pegador y el posible riesgo para seguir la pelea. Claro, el hombre que controla desde el encordado es uno de los más eminentes médicos de su natal Barranquilla y tuvo el privilegio de abrir la velada desde el interior de las cuerdas.
Hace pocos meses fue calificado como el mejor juez del Mundial realizado en Qatar y se siente muy orgulloso de ostentar tal distinción. Es hasta hoy el único colombiano que ha estado como juez de boxeo en las dos ediciones de los Juegos Olímpicos pasados, Beijing y Londres. Además, está próximo a viajar a Rio para dirigir.
Carbonell corre, mira, da instrucciones, vigila, juzga, pero sobre todo, orienta a otros 15 colegas del arbitraje, encargados de controlar las 89 peleas que disputan 99 boxeadores en los Juegos Nacionales.
Este hombre amable, sencillo, de baja estatura y mirada penetrante habla cuatro idiomas y ha recorrido muchos países, entre ellos Canadá, Guatemala, Estados Unidos, México, Argentina, Inglaterra y Kasajstan, entre otros. Recorre el mundo para dirigir combates boxísticos.
Primero fue árbitro y después médico, una combinación perfecta para este oficio deportivo, porque tiene la oportunidad de ayudar a conservar la salud y muchas veces la vida de sus dirigidos. Con Carbonell, los Juegos Nacionales se dan el lujo de tener a uno de los más calificados árbitros de boxeo del mundo.
Prensa Coldeportes - Acord
