noviembre 12, 2015
Si se pudiera, todos los deportistas del paracycling que participaron en los Juegos Paranacionales en Cali debieran recibir medallas. No es solo por el esfuerzo que hacen, sino por las historias de vida que hay detrás de cada uno, que los convierte en campeones así en la pista los resultados no hayan sido los mejores.
Vladimir Niño es boyacense, tiene 40 años, de los cuales lleva ocho compitiendo y ha participado en las tres últimas justas. Su mejor actuación la hizo en Popayán 2012, cuando consiguió medallas de plata y bronce en la contrarreloj de la ruta y en pista, respectivamente.
Cuando tenía 12 años de edad sufrió un accidente en una mezcladora de barro para producir ladrillo y en su desespero por salvar su pierna derecha terminó perdiendo la izquierda. Fue un golpe muy duro para él y su abuela Luisa Niño (q.e.p.d.), con quien vivía en ese entonces. Sin embargo, eso no fue obstáculo para convencerse de que el deporte era el mejor camino para salir adelante.
Inició en baloncesto, pasó por atletismo y natación hasta recalar en ciclismo, deporte en el que compitió en los tres últimos Juegos Paranacionales, desde el Cali y San Andrés 2008.
“A los muchachos que han sufrido algún percance les digo que sigan para adelante. La discapacidad no es un motivo para meterse en vicios ni malas cosas”, afirma. Su esposa, Blanca Marcela Ávila, y sus hijos, Brayan Steven y Dayana Lucía, han sido incondicionales para que él se mantenga firme en sus sueños.
En Meta hay un pedalista que se convirtió en un referente por su experiencia. En varias ocasiones,
Kennedy Jácome vistió la camiseta de la Selección Colombia, con un palmarés envidiable, cuya interrupción en el 2010 solo se explica en una diferencia con el entrenador nacional ‘Chepe’ Castro.
Debutó en los Juegos Paranacionales de Bogotá 2004, donde alcanzó tres medallas de oro y dos de plata; en Cali 2008 se colgó tres de oro y una de plata, mientras que en Popayán 2012 subió al podio para reclamar tres bronces y una plata.
Al combinado nacional recibió cinco llamados, desde los II Juegos Parapanamericanos de Mar del Plata 2003. Los Mundiales de Aigle (Suiza) 2006, Burdeos (Francia) 2007, la Vuelta al País Vasco y los Parapanamericanos de Palmira ese mismo año, en los que ganó bronce en la velocidad olímpica, por encima de Italia, resultados que ratificaron su potencial.
Pero también asistió al Mundial de Manchester 2008 y a los Paralímpicos de Londres, aunque una caída en Bogotá, durante la concentración del equipo criollo no le permitió competir con todo su potencial.
Jácome, de 48 años, recuerda sin rencor el momento en que un camión lo embistió en la vía Restrepo-Cumaral, en mayo de 1985, cuando montaba en su bicicleta para prepararse hacia un campeonato departamental. El impacto le provocó la amputación inmediata de su brazo izquierdo. Quince días después volvió a los entrenamientos, con la fe de que iba a ser un grande en el
paracycling. Y vaya si lo consiguió.
Otro ejemplo de vida es el del santandereano
Álvaro Galvis. Un tumor maligno del tejido cartilaginoso no apagó sus sueños. En el 2007, cuando llevaba 10 años practicando el ciclismo, el cáncer afectó su rodilla izquierda, llevando a una amputación que solo le dejó 12 centímetros de fémur.
Al principio no quería saber nada más del ciclismo competitivo, pero su hermano mayor, Eduardo, lo concientizó de que tenía mucho por ganar. Luego entendió que haber sido deportista le iba a ayudar para adaptarse con facilidad, y a los 38 años retomó la actividad.
Hoy, con 45 años, es el campeón mundial de mayor edad en Colombia, el primero en condición de discapacidad, tras ganar el oro en Dinamarca 2011. Guarda en su casa los diplomas que recibió en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012, en persecución individual y las dos pruebas de ruta: la contrarreloj individual y el fondo. En la primera quedó apenas a un segundo de la medalla.
Su gran talento lo tiene hoy como único colombiano en el Team Movistar América, en un contrato que lo ligó desde el 1 de enero al 31 de diciembre del presente año, hecho que demuestra que la adversidad no es obstáculo para salir adelante.
Y si de experimentados se trata, hay otros que quieren seguir sus ejemplos. En visuales categoría B, llamó la atención una pareja, no precisamente por la similitud de edades.
Jaír Antonio Aparicio es todavía juvenil (19 años) y cargaba a cuestas la responsabilidad de timonear uno de los tándem del Valle del Cauca. Su compañero, Alberto, de 47, debía escuchar las recomendaciones del muchacho para lograr los mejores resultados.
“Los nervios son normales, y uno como piloto los controla. Aquí es clave controlar la entrada a los peraltes, porque si no lo hacemos, podemos caernos los dos, especialmente en los 200 metros lanzados”, señala Jaír.
El tiempo que llevan entrenando juntos es corto –apenas seis meses-, si se tiene la responsabilidad tan grande con su departamento, de buscar una medalla.
Sin duda, el hecho de que
Aparicio sea también ciclista convencional, especialista en persecución individual, le ayudó bastante para entenderse con Alberto, quien en sus comienzos fue jugador de fútbol sonoro.
Su discapacidad sobrevino al accidentarse al comando de su vehículo en la entrada a Palmira. Chocó violentamente y los vidrios del parabrisas le causaron lesiones irremediables que acabaron con su visión. No obstante, así pudo concluir sus estudios de Administración de Empresas en la Universidad Libre de Cali y oficia como Vicepresidente de la Liga Vallecaucana de Discapacidad Visual.
“Cuando subo a un peralte a alta velocidad me dejo llevar por la bicicleta para que no haga la fuerza contraria”, explica Alberto, quien aparte del deporte se dedica a manejar una empresa litográfica de su familia.
Y si ellos están en los Juegos Paranacionales, no solo para ganar medallas, sino para demostrar que no hay peor discapacidad que el que no quiere luchar por sus sueños.
Por eso, todos los deportistas y guerreros que estuvieron en el campeonato de paracycling en Cali, y los que estarán en los Juegos Paranacionales, del 28 de noviembre al 6 de diciembre, son verdaderos campeones.
Prensa Coldeportes - Acord
