Las piscinas de la 42 en Ibagué tienen su ‘todero

Su nombre es tan común, que muchos lo utilizan a manera de ejemplo para identificar a los que desconocen: Pedro Pérez. Pero al ver todo lo que hace en las piscinas Hernándo Arbeláez de la 42 en Ibagué, resulta inevitable que pase desapercibido.

Es común ver al hombre de cabellera blanca supervisar que el cronometraje funcione, correr para que los tacos estén bien, visitar la mesa de control, pasar por los baños y cersiorarse de  que se encuentren en condiciones, compartir con las delegaciones, ubicar más sillas y mesas de las asignadas y hasta alcanzar los balones.

Pérez cumple a la perfección su rol de coordinador de los Juegos Nacionales para el polo acuático y la natación de carreras en la capital tolimense. Es el ‘todero’ como le denominan a esas personas multiusos.

El cansancio no parece ir con él. Su vitalidad es tal, que hasta le alcanza para ir a la tribuna y apaciguar los ánimos cuando el fragor propio de la competencia parece trasladarse a las gradas. “A veces a algunos se les va la mano, cuando hay que disfrutar y por eso tratamos de que sea un ambiente cordial el que acompañe las competencias. Nuestra misión también es la de educar a través del deporte”, recalca Pérez, nacido en Medellín, pero que reside desde hace 10 años en Cali por ser la sede de la Federación Colombiana de Natación.

Como director logístico del ente rector de la disciplina en el país, hizo parte del comité que estuvo en todo el proceso de supervisión de la obra en Ibagué. “Ha sido una labor de acompañamiento para que el escenario cumpliera las normas FINA (Federación Internacional de Natación). Se hizo el esfuerzo, lo pasado ya es historia y hoy estamos disfrutando de una buena piscina”, asegura.

Conoció las antiguas piscinas de la 42 y ahora al ver las actuales, establece una contundente comparación: “Es el día y la noche”. Y lo sustenta además al ver cómo “los que llegan acá se quedan asombrados del escenario. La profundidad era de 1.80 metros y ahora es de 2.90, antes se tenían ocho carriles y ahora son 10”.  

Pérez dice con orgullo que Ibagué “es una ciudad de polo acuático y se nota con el gran equipo que tiene Tolima, el cual deberá crecer mucho más porque esta infraestructura es un polo de desarrollo. Sin contar que además cuentan con porterías traídas de Italia, las corcheras, las plataformas, el tablero electrónico, en fin, acá se puede hacer un campeonato internacional fácilmente, sea un suramericano o un centroamericano”.

El campeonato de polo acuático de los Juegos Nacionales tiene ese carácter. De ahí que se lograra la participación de dos árbitros internacionales. El español Hernes Peralta, que incluso está dictando una clínica FINA a árbitros y entrenadores, y el brasileño Fernando Brito. Garantías de autoridad y juzgamiento.

El polo entra en la recta final, pero el trabajo de Pedro apenas comienza. “Terminamos el sábado temprano, desmontamos y ya acondicionamos los carriles, las placas y armamos ya la natación de carreras que irá hasta el 21”, cuenta. “Como diría el médico en el consultorio, el siguiente”, afirma entre risas.

“Las delegaciones van a estar muy contentas, con baños renovados y todo pintado. Valió la pena el esfuerzo para que Ibagué se quedara con el polo y la natación”, agrega Pérez, quien siempre le formula a sus colaboradores la misma pregunta para ser el mejor anfitrión posible: “Póngase en el papel de invitado, ¿cómo le gustaría sentirse tratado?”.


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